martes, 2 de septiembre de 2008

CUALIDADES DEL DOGO ARGENTINO


TODO LO BUENO DE UNA GRAN RAZA


Buena capacidad de sufrimiento.

Muchas personas quedan asombradas cuando advierten cuánta es la resistencia del Dogo Argentino frente a situaciones que le causan dolor, ya sean éstas por heridas o traumatismos y hasta por fracturas. Como son tan sufridos no expresan con rápidez el dolor que padecen, y si su amo no advierte la dolencia prontamente, pueden aparecer más tarde signos preocupantes originados por el daño recibido.
Es muy importante tener en cuenta esta "capacidad para tolerar el sufrimiento" porque en el cachorro Dogo Argentino no son comunes manifestaciones llamativas para que el amo se interese por cualquier dolencia que padece, y aunque esto es una virtud invalorable, las consecuencias para el animalito pueden ser lamentables. No se lo debe desatender jamás.

¿Por qué es una ventaja su pelo corto y blanco?

Porque el pelo corto ayuda a su higiene (baño más cómodo, secado más rápido, cepillado más eficiente). A las ventajas que significa el pelo corto se agregan las del color blanco, que son; fácil visualización de parásitos externos, como garrpatas, pulgas, fácil visualización de heridas, raspaduras o lesiones en la piel. Asimismo, el color blanco armiño de su manto permite localizarlo rápidamente aún en la espesura de la vegetación

Educación:
Hay que pensar que desde los dos meses el cachorro debe ser educado y no esperar los momentos de aprendizaje y adiestramiento que nos hará vivir el instructor. Es el amo el que tiene la obligación de educarlo desde el primer momento y no debe esperar las fechas aconsejadas como ideales, que se suponen de los seis meses en adelante.
A partir de los dos meses comenzaremos el diálogo e iremos enseñándole cómo han de ser las cosas y lo que pretendemos de él (hacer sus necesidades en el lugar apropiado, responder a nuestro llamado, acompañarnos en el paseo, obedecer a la distancia). En mínimo o en mayor grado estas exigencias nuestras serán satisfechas.
Cómo dar las órdenes:
En primer lugar debemos tener presente que nunca hay que gritarle al cachorro, porque ello no hará otra cosa que amederentarlo y dejarlo con la incertidumbre de no saber qué es lo que sucede con él y además no sabrá cómo reaccionar o conducirse frente a esa actitud.
Siempre se debe usar la misma palabra, corta y breve, para llamarlo, pero esto debe ser hecho con firmeza y sin titubeos, y nunca con frases extensas.

Cómo premiarlo:
Las palabras de alienteo, junto con las caricias inmediatas sobre su cabeza y espalda son las mejores expresiones de consideracion y premio que se le pueden dar al cachorro, él no necesita ni caramelos ni dulces para sentirse complacido.
Algunas instrucciones sobre el llamado al cachorro. El cachorro debe cumplir con nuestro llamado inmediatamente, debe acercarse enseguida, y si no lo hicera se le colocará la correa y se repetirá la acción hasta tanto resuelva aceptar el llamado al cual le agregaremos un leve tirón para acercarlo a nosotros. Siempre, cuando se hace esto, hay que hacerlo por el nombre que elegimos para él, que deberá ser corto, como se dijo antes, y que además lo tendrá para todo el tiempo de su existencia.

Otras consideraciones generales:
Los castigos no deben ser por medio de la violencia física, sino recurriendo al razonamiento que puede hacer el animalito mediante la fijación de conceptos o esquemas de acción. En principio, la palabra "no" expresada en forma enérgica y reprochante es el mejor "remedio" para indicarle que no debe repetir o no debe hacer lo que está realizando, y eventaulmente, si fuera necesario, y está con la correa puesta en el collar o el pretal, darle un fuerte tirón cuando damos la orden negativa.
Puede ocurrir que nuestro cachorro sea "mordedor" en el desarrollo de sus juegos con el amo o los familiares, esto no hay que permitirlo y es necesario hacerle entender el desagrado que provoca esa actitud, y para ello se lo debe retar enérgicamente. Puede ser que tal actitud sea sólo transitoria, es decir debido a la edad en que está cambiando los dientes, pero eso no invalida que debamos tomar también el buen recaudo de educarlo para que no lo haga. Para calmar el "deseo urgente" de morder cuando cambia los dientes no hay nada mejor que darle un hueso de buen tamaño (jamás huesos pequeños), sobre el cual hará sus "prácticas" caninas.

Algo sobre el uso y colocación del collar o pretal.
Puede ser que al cachorro la colocación del collar le ocasione molestias y también puede ser que no, pero si ocurre lo primero veremos que tratará de quitárselo porque le produce picazón o simplemente porque no lo quiere. Para evitar que intente quitárselo se le debe permitir un período de acostumbramiento mediante la colocación intermitente, que será por algunas semanas. El collar debe sr fijo, no tener púas y no hay que colocarle nunca directamente el de ahorque. Siempre se le pondrá el collar mientras lo acariciamos y alentamos y de vez en cuando lo haremos cuando estamos compartiendo con él juegos.
Cuando advirtamos que este período de adaptación ha llegado a hacer que el animalito acepte la situación del collar trataremos de acostumbrarlo al uso de la correa.

Introducción sobre la correa:
Enganchada la correa al collar veremos cómo reacciona observándolo durante unos minutos, mientras mantenemos el extremo de ella tomado en nuestras manos. La colocación de la correa debe ser siempre acompañada con juegos y distracción o ser la antesala de una salida a la calle o de un paseo, todo eso facilitará su adaptación. Una vez aceptados el collar y la correa haremos que nos acompañe, pero sin forcejeos, y si él trata de "llevarnos" lo seguiremos, mientras tratamos cordialmente de hacerle entender que debe también seguirnos adonde nosotros queremos ir.

Importante:
Nunca hemos de atarlo a la correa para suprimirle su libertad de acción y/o movimiento, porque eso puede ocasionarle daño psíquico irrecuperable y también es probable que nunca llegue a aceptarla.
Los ejercicios se harán siempre alejados de las comidas.
Ciertas apreciaciones con respecto a los futuros amos. El propietario de un Dogo Argentino debe ser una persona segura de sí misma, que aprecie la naturaleza y que la disfrute intensamente, amigable, pero dominante, imperativa e inquieta. Estas características son inherentes a una persona de trato cordial, creativa y alegre.